El carbón activado es ideal para dejar el agua limpia y cristalina. También elimina el cloro, la cloramina, metales pesado y otros componentes nocivos para los peces. La malla plástica permite una cómoda limpieza y reemplazo.
La malla contiene una cantidad de carbón de 150 gr.
Las características del carbón activado hacen que sirva como una esponja natural, absorbiendo varios químicos del agua del acuario (entre otros, restos de metales pesados, fosfatos, nitrato, restos de medicamentos o toxinas) y aislándolos sin peligro hasta que retiramos el carbón y lo reemplazamos.
Esta absorción es la responsable de purificar, desodorizar y quitar cualquier tipo de coloración del agua.
Además el carbón activado nos proporcionará un agua más limpia sin presencia de micro-toxinas o feromonas entre otras evacuadas por los peces, plantas e invertebrados.
El carbón activado también absorbe pequeñas partículas presentes en el agua contribuyendo a aclarar el agua mejorando la estética del acuario.
Las propiedades de limpieza química del carbón activado tienen sus límites, ya que se desgasta con el tiempo a medida que absorbe los químicos. Lo conveniente es reemplazar el carbón activo por uno nuevo al cabo de 1 mes o mes y medio. De este modo nos aseguramos una filtración química estable, efectiva y consistente.
El carbón activado recién aplicado presenta una altísima capacidad de retención lo que conlleva que además de compuestos dañinos sean absorbidos nutrientes y otros elementos necesarios para la vida en el acuario, como por ejemplo los elementos de traza, abonos, CO2, ácidos o tánicos de la turba.
Como el carbón activado absorbe muchos tipos de compuestos y medicamentos para peces o plantas, deberemos retirarlo cada vez que estemos tratando a peces enfermos o abonando nuestra plantas.