Empecemos por el principio
Un acuario es en realidad, un ecosistema acuático en miniatura, por lo que es necesario mantenerlo equilibrado para la supervivencia, salud y bienestar de los peces. Para lograr este equilibrio, es importante que conozcamos cómo funciona realmente un acuario.
Los peces y las plantas, como cualquier otro habitante del acuario, producen ciertos desechos que tienden a ensuciar el acuario. Estos desechos son básicamente amonio (NH4) y amoniaco (NH3), que por gravedad se depositarán en el sustrato o la arena del fondo del acuario, descomponiéndose y produciendo mayores cantidades de amoniaco.
Estos dos compuestos, el amonio y el amoniaco, son bastante tóxicos para los animales y las especies que vivan dentro del acuario, por lo que debemos saber cómo eliminarlos. Y esta eliminación se producirá gracias a las bacterias nitrificantes.
Para empezar, el primer tipo de bacterias nitrificantes que ayudará a la transformación del amonio y amoníaco serán las colonias de bacterias nitrosomonas, que se alimentarán de estos compuestos, haciendo que se oxiden y dando origen a un producto llamado nitrito (NO2).
Los nitritos también son tóxicos para lo peces, por eso es necesaria la presencia de otra colonia de bacterias, las nitrobacter, que transformarán ese nitrito en nitratos (NO3), menos tóxico para los peces.
Al principio de tener un acuario, muy pocos aficionados entendemos la importancia de las bacterias nitrificantes para la supervivencia y salud de los peces.
La mayoría de los peces recién comprados mueren en los siguientes 15 o 30 días, si no se ha realizado el “ciclado del acuario“, debido al llamado “síndrome del acuario nuevo”, en el que los peces mueren envenados por las altas tasas de amoníaco y/o de nitrito.
Por ello, es sumamente importante establecer el ciclo de nitrógeno de forma rápida, a través de las bacterias nitrificantes. Para controlar el proceso de ciclado es básico analizar el agua del acuario, bien en nuestro hogar o llevando una muestra de agua a nuestra tienda especializada para que puedan analizar el amoniaco, el nitrito y el nitrato. Una vez tengamos el amoniaco y el nitrito en valor 0, podremos empezar a introducir los primeros peces en el acuario.
El ciclo del Nitrógeno
El ciclado de un acuario es el proceso mediante el cual se inicia un ciclo químico muy importante: el ciclo del nitrógeno.

Este ciclo va a establecer en el acuario una serie de bacterias beneficiosas capaces de transformar sustancias químicas perjudiciales para los peces (NH3, NH4 y NO2), en sustancias menos tóxicas y aprovechables (NO3), por ejemplo, por las plantas naturales que tengamos en el acuario.
Ciclar un acuario significa, ni más ni menos, dejar crecer colonias de bacterias beneficiosas en el filtro, mayoritariamente, que reciclarán y transformarán sustancias químicas tóxicas para la vida acuática en otras no tan perjudiciales. A este ciclo, también se le conoce como el ciclo del nitrógeno.
Este ciclo o proceso es una imitación casi perfecta de los ciclos químicos naturales que ocurren en lagos, ríos, estanques, mares y océanos.
¿Y si no ciclo el acuario?
Si no ciclamos un acuario, al introducir los primeros peces y alimentarlos, se producirán desechos (restos de comida, excrementos…) que generarán amonio y amoníaco en el agua y la intoxicarán disminuyendo la cantidad de oxígeno en el agua y siendo potencialmente mortal para los animales.
La muerte de cualquier pez en el acuario generará altas cantidades de más amonio y amoníaco, que en caso de haber otros peces en el acuario, hará que estos malvivan con un gran estrés fisiológico y en el peor de los casos, mueran.
Por este motivo es muy importante ciclar un acuario, y para ello podemos ayudarnos de productos comerciales que son preparados de bacterias que administrándolo al agua del acuario ayudarán a crear esta colonia de bacterias en un tiempo récord (de 1 a 2 semanas).
El proceso natural de la creación de esta colonia bacteriana sin ninguna ayuda de ningún producto, puede demorar entre 30 a 45 días.
Está claro, que además de este problema, un pez puede enfermar o morir por muchas otras causas (enfermedades bacterianas, heridas, hongos, virus, parásitos…), por lo que siempre es recomendable consultar con nuestra tienda especializada para que nos puedan aconsejar y recomendar el mejor tratamiento para nuestros peces.
Conociendo esta información, de nosotros depende que el comienzo de nuestro acuario esté marcado por la muerte de la mayoría de peces que introduzcamos o que los peces tengan una calidad y esperanza de vida lo más buena y larga posible.