Debemos ubicar nuestro acuario en un lugar estable asegurándonos que el mueble o el lugar donde lo vamos a colocar soporta el peso sin problemas.
Hay que pensar que un acuario de unos 30 litros lleno de agua, con arena y alguna roca, puede llegar a pesar hasta 45 kg. Por esta razón nos cercioraremos de que el lugar donde queremos colocarlo aguante sobradamente su peso.
Si utilizamos muebles comerciales (por ejemplo de Ikea) que no están diseñados para soportar grandes pesos, deberemos extremar las precauciones ya que pueden deformarse o hundirse pudiendo estropear otro mobiliario o suelos, como el parquet.
El acuario deberá estar alejado de la luz directa del sol, ya que de lo contrario favoreceremos la presencia de algas indeseables y el agua podrá sobrecalentarse siendo perjudicial para nuestros peces y/o plantas.
Tampoco es recomendable situar el acuario cerca de fuentes de calor como radiadores, televisores, aparatos eléctricos que emitan calor así como cerca de los aparatos de aire acondicionado ya que al contener muy poca cantidad de agua, ésta se calienta o se enfría rápidamente.
Evitaremos también ubicar el acuario en zonas de mucho paso o lugares estrechos ya que podríamos golpearlo y éste se podría romper.